Fox Stinger: GÉNESIS 1.0
Capítulo 10: Enfrentamiento
en la Sala de Entrenamiento Virtual. Stinger vs. Mister Lobo.
Unos tipos entraron violentamente en la habitación
en donde se hospedaban Juan Pedro y los demás. Al parecer eran agentes de
La Organización. Les llevaron al centro para poder curar a Stinger puesto
que estaba mal herido, poniéndole en una cama especial, La Cama de Reconstrucción
Molecular. Juan Pedro y Ely mantuvieron una conversación en la que ella se
fue. Luego Juan se reunió con Amigo. Ely regresó y se durmió
en la cama. Comenzó a tener un sueño. Ella era más pequeña.
Estando con sus padres, unos tipos les atacaron. A ella la tiraron por un precipicio.
Ely gritó y, mojada en sudor, despertó
de la pesadilla.
Stinger, que al parecer ya había despertado
y se hallaba a su lado, se asustó, quedándose preocupado por ella.
-Ely, ¿te encuentras bien? Me has
asustado. He oído tus lamentos y me he empezado a preocupar. ¿Todo
va bien?
-Sí, tranquilo. Sólo necesito
un poco de aire fresco - decía levantándose para irse.
-¿De qué trataba?
-¿Cómo dices?
-Sí, ¿de qué iba tu
sueño? O más bien tu pesadilla. Tus padres, ¿estaban siendo
atacados? ¿Qué te pasó?
-¡¿Porqué no te metes
en tus propios asuntos?! - y dando un portazo, se marchó.
-¡Antipática! Encima que me
preocupo por ella. Bueno, yo también voy a echar un vistazo por ahí.
En el comedor, Juan Pedro, sentado y totalmente
recuperado, platicaba con Amigo.
-Sabes que si quieres tenerlos cerca tienen
que pasar unas pruebas, ¿verdad?
-Lo sé. A Ely la veo preparada pero
Stinger..., le veo tan vulnerable a pesar de habernos salvado y de pasar lo que
pasamos.
-¿Lo dices por su aptitud física?
- se rió, mas al rato se puso serio-. Veo que le aprecias mucho pero él
no es...
-¡Ya sé que no es él,
es una persona diferente! Le echo tanto de menos que al conocer a Stinger me ha
vuelto a la memoria y siento deseos de protegerle y decir que le quiero... Soy un
tonto, debo concienciarme que Stinger no es Calixto. Luego pienso que arriesgó
su vida para salvarme, para salvarnos, sin saber nada de nuestras vidas. No preguntó
con mala intención ni prejuzgó.
-No nos pongamos tristes. Hablemos de otra
cosa. Hablemos de la chica...
-¿Ely?
-Sí, Ely. Te gusta, ¿cierto?
- quiso sonsacar.
-Prefiero no contestar a eso.
-No hace falta, ya lo has hecho.
-Eres un... Vale, reconozco que no está
nada mal pero no es mi tipo, además no es trigo limpio.
-¿Porqué dices tal cosa?
-Es hora de que vaya a ver a Stinger.
-¡No cambies de tema! ¡Dímelo!
No muy lejos caminaba Stinger haciendo una
visita turística. El pasillo tenía paredes de metal. El suelo era
de hierro con rendijas, a lo cual sonaba estruendoso al dar el paso. Al pasar por
una puerta, esta se abrió automáticamente por la mitad. Stinger, entonces,
retrocedió y se detuvo. Desde fuera, el interior se veía oscuro, aún
así decicidió asomar la cabeza.
-Qué lugar tan misterioso. A lo mejor
encuentro algo interesante. Voy a entrar.
Sin más miramientos, irrumpió
a ciegas. Las puertas metálicas se cerraron tras él, se encendieron
unas luces blancas y una voz salió por un altavoz.
-Renderizando escenario y enemigos interactivos.
-Debe ser costumbre poner voz de mujer a
las máquinas. ¿Será por que hay ausencia de ellas?
-Programado a nivel máximo. ¿Preparado?
-Pues qué quieres que te diga... Wow,
esto es una pasada.
Ante él, unas rayas verdes en forma
de polígonos brotaron de la nada. Formaban cuadrados y triángulos
con texturas y colores, y por último se creó un pueblo al más
puro estilo del oeste, con sus bares, sus casas, sus moteles, burdeles...
Alucinado, emprendió la andadura.
Todo era muy real. El viento susurrando, el sol cegando la vista, el calor, los
remolinos de yerbajo seco... Tocaba la madera y se maravillaba por que tenía
la sensación de estar tocando madera de verdad.
-¡Cómo mola! - expresó
excitado-. ¡Es como un videojuego pero mucho más real! ¡Esto
es una primicia en videojuegos virtuales!
Su fuerte entusiasmo fue interrumpido por
una fortísima patada en la espalda.
-Qué daño - se quejaba con
la mano en los riñones, intentando ponerse de pie-. ¡¿Quién
ha sido?! ¡Muéstrate!
De una esquina remota, saliendo de un recoveco
entre edificio y edificio, un tipo de cuatro metros, cachas y con cara de pocos
amigos se detuvo delante de Stinger.
-Se supone que esto es virtual. ¿Debería
doler tanto?
El grandullón movía la boca
y hacía gestos como si estuviera hablando pero no emitía ningún
sonido. Golpeó el suelo con su pie haciendo ruido, un temblor y formando
humareda.
-Creo que me he metido en un lío bien
gordo.
El holograma intentó darle un puñetazo,
mas al ser bajito, lo esquivó. De repente hubo un silencio.
-Es un juego bastante violento, no apto para
menores - decía en tono de guasa.
-¿Quién ha dicho que esto sea
un juego? - interpuso alguien sin dejarse ver.
-¡¿Ahora habla?! ¡Si antes
cuando hablaba sólo se le movían los labios!
-Eres un crío bastante tonto. Yo soy
de carne y hueso, mocoso.
El tipo virtual fue hecho añicos,
saliendo en su lugar otro que se dirigió volando hacia Stinger, con el que
se quedó muy cerca de su cara. Seguidamente se vio como Stinger chocaba contra
la pared de madera de un bar y, atravesándolo, de nuevo volvió a la
arena.
-Bueno muchacho, ha llegado el momento. Tú
y tus amigos tuvisteis suerte pero esta vez es diferente. Vuestro refugio será
vuestra tumba.
El monstruo se presentó, dejándose
ver. Era casi igual que el virtual, sólo cambiaba su vestimenta. El holograma
vestía con colores claros y éste con colores oscuros y ropa rasgada.
-¡Escuálido! - gritó
con voz fuerte.
De debajo de la tierra, Escuálido
hizo su aparición. Se licuaba pareciendo líquido, endureciendo, después,
su cuerpo como si estuviese hecho de hormigón. Su cuerpo era muy delgado
y fino. Se le veían las venas con el líquido verde, incluso las venillas
de sus ojos. Sus harapos eran muy pintorescos, de varios colores oscuros, rasgados
por todos lados.
-A sus órdenes Mister Lobo - respondió
con voz muy aguda.
-¿Mister Lobo? - comenzó a
reírse -. ¿Qué clase de nombre es ese?
-Ríe mientras te quede aliento, dentro
de poco no tendrás tantas ganas.
-No tengo ninguna posibilidad. No sé
luchar. No me queda otra salida que huir. Pero, ¿cómo? ¿Por
donde? - murmuraba adolorido.
-Veo que tienes miedo. Tranquilo, te daré
ventaja de..., un minuto. Empezando desde... ¡YA!
Stinger puso pies en polvorosa, intentando
ocultarse de la bestia que amenazaba su vida.
El escenario cambió. Ahora era una
ciudad contemporánea, con sus edificios, rascacielos, parques, coches aparcados...
Llegó a un restaurante y se introdujo por la parte de atrás, colándose
por la cocina. Cerca había una nevera de grandes dimensiones en donde encontró,
en el suelo, unas llaves que procedían de la misma.
-Es increíble que me esté sucediendo
esto a mí. Si me meto en la nevera no me encontrará. La puerta parece
dura - decía tocándola -. Con un poco de suerte tampoco podrá
entrar.
Sin más rodeos se metió en
la nevera y se encerró. Al momento, Mister Lobo hizo su reaparición,
rompiendo todo lo que se interponía a su paso. Al no ver a Stinger, olfateó
como si fuese un perro. Se arrimó a la nevera y a través de una minúscula
ventana, intentó ver algo en el interior pero no vio nada. Acto seguido quiso
abrirla, mas no pudo. Stinger presintió que se había marchado, pues
cada vez que el tipo andaba todo temblaba y ya no lo hacía, así que
se retiró de la pared, en un punto donde no podía ser visto y en ese
instante entró Mister Lobo como si nada, rompiendo la puerta que parecía
tan dura, de diferentes metales extra fuertes, como si fuese papel, incluso llevándose
trozos de ladrillo.
La sombra de la bestia se cernió sobre
Stinger. El Genético se preparaba para dañar a Stinger, creyendo que
este quedaría inmóvil, muerto de miedo, esperando a que le diera.
-No pienso morir y menos por ti.
Stinger tomó una vara de un metal
escaso, el cual se presumía de "el más duro del planeta",
y, tomando carrerilla, se deslizó por debajo de las piernas, atizándole
en sus partes íntimas. Sin embargo la bestia ni se inmutó. Ya en el
otro lado, Stinger elevó el brazo en la que portaba la vara. Estaba doblada.
-Impresionante. ¿De qué los
tiene? - se levantó y emprendió de nuevo la huida.
Consiguió salir del restaurante, buscando
maneras de escapar de aquel lugar. En esta ocasión sí que no había
salida.
-Me da la sensación que tendré
que dar la cara y será de una manera literal.
En la ciudad, en medio de una carretera,
Mister Lobo se paró, inquietante, frente a Stinger. Ambos se ubicaban a una
distancia prudencial el uno del otro. El Lobo principiaba su ataque cuando un montón
de hologramas brotaron como hongos, despistando a la bestia y dejando la oportunidad
a Stinger de irse corriendo y ocultarse.
Juan Pedro y Amigo llegaron a la habitación
donde creían que aún estaría Stinger. Al abrir la puerta, hallaron
a Ely totalmente desnuda. Ésta, al verles, se dio un susto y gritó
ya que se quedaron mirando embobados.
-¡¿Qué hacéis
aquí?! ¡Largo babosos! - agarró la mesilla más cercana
a ella, cerca de su cama, y con una mano la arrojó.
Se dieron mucha prisa en cerrar la puerta.
Ésta, al estrellarse la mesilla, se sacudió y sonó un tremendo
estrépito.
-¡La próxima vez llamáis
a la puerta! ¡Hombres! ¡Degenerados! ¡Estáis desesperados!
¡No me sorprende que no haya mujeres en este maldito sitio! - vociferaba desde
dentro mientras Juan Pedro y Amigo se reían a carcajadas.
-Oye, cómo está la niña,
¿eh? - dijo Amigo dándole con el codo a Juan.
-¿Qué? ¿Que cómo
se ha puesto la niña? Tiene sus motivos.
-Me has oído perfectamente.
-¡A mí no me hace ninguna gracia,
imbéciles! ¡Cómo salga y os encuentre ahí os vais a acordar
de mí durante toda vuestra vida! - les decía muy enojada.
-No, si ya nos acordamos... Y nos acordaremos,
¿verdad, Juan? - preguntaba sonriendo con malicia.
-Un momento... Si ella está desnuda
es por que no hay nadie más... ¡¿Dónde está Stinger?!
- voceó Juan Pedro a través de la puerta.
-No sé. Me fui y cuando regresé
él ya no estaba - dijo Ely tranquila, vistiéndose y hablando desde
el otro lado.
-Me temo lo peor. ¿Y si por un casual
se ha metido en La Sala de Entrenamiento Virtual?
-Debes estar de broma. ¡Lo programé
para entrenarme y está al nivel máximo!
-¡Mierda! - exclamó Juan.
Juan Pedro, Amigo y Ely, ya vestida, echaron
a correr a toda mecha hacia la sala.
Llegaron e intentaron abrir el portón
pero ni con el panel de acceso manual ni con las manos pudo hacerse nada.
-¡Está atascada! ¡Eso
significa que hay alguien dentro! - afirmó Amigo.
-Apartaos, voy a echarla abajo.
Juan Pedro extendió el brazo y la
palma de la mano apuntando a la puerta. Una luz se concentró en su mano,
creando una bola luminosa de color azul. Justo cuando la lanzó, el portón
se abrió repentinamente con Stinger al frente, dándole de lleno.
-¡¿Qué has hecho, Juan?!
¡Te lo has cargado! - vociferó Ely.
Juan se quedó paralizado al ver el
trágico accidente. Ely fue a socorrer a su amigo. A los pocos segundos Juan
reaccionó y se apresuró a auxiliar a su compañero. Stinger
permanecía tumbado, lleno de contusiones y de sangre.
-No me lo puedo creer - contemplaba Amigo
asombrado.
-¿Qué?
-¡¿No lo ves, Juan?! Se ha recuperado
en menos de un día. Sus heridas han cicatrizado y desaparecido. Entra aquí
con enemigos virtuales poderosos y encima a soportado tu onda de energía...
-No perdamos tiempo. Llevémosle a
la recámara, a La Cama de Reconstrucción Molecular.
Para variar, ya que se estaba haciendo costumbre,
Juan Pedro le tomó en brazos y se lo llevó.
Ely se quedó atrás, quieta,
mirando dentro de la sala. El portón se clausuró solo. No muy lejos
de allí, se vislumbraba sangre verde fluorescente.
¿Qué habrá pasado con
Mister Lobo? ¿Que sucederá con Escuálido? ¿Cuál
será su misión? ¿Se recuperará Stinger?
La semana que viene no te pierdas el Capítulo
11: Escuálido roba La Biblia Oscura. Amigo: El traidor.
Continuará...
Esta historia es un relato original protegido
y creado por Fox Stinger(M.N.Z.)