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No soy Beatriz de Mesina... Pero puedo ser tan ácida y corrosiva como ella. Y si no, que se lo pregunten a Wayfarer... Pero, como casi siempre, todo es mucho ruido y pocas nueces.

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Beatriz de Mesina/Female/21-25. Vive en Spain/Madrid/Móstoles/Hospital, habla Spanish. Pasa 20% del día contectado/a. Usa una conexión de Fast (128k-512k). Y le gusta Baile/Cine.
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Jueves, 15 de Julio, 2004

Las cosas cambian

Supongo que, yo al igual que otras personas, habrán pensado alguna vez en el pasado. Aquello que hacían y que ahora no hacen, en lo mal que les iba antes y lo bien que le va ahora o viceversa, que ahora es mayor y que le gustaría regresar a la juventud o cosas parecidas. Y es que la cosas cambian inevitablemente. Cuando somos pequeños estamos deseosos de hacernos mayores para ir a discotecas, para sacarte el carnet de conducir, para tener novi@ o tener relaciones... Sin embargo, cuando llegamos y nos hacemos adultos, algun@s quisieran volver a aquellos tiempos en los que también podías tener una pareja, los típicos rollos y que tenías más oportunidades en algunas cosas que en este momento es imposible. O cavilabas sobre cómo o en dónde estarías en el dos mil y pico. También pensabas en tu futuro y decías, "me voy a comer el mundo", o no.

Es tontería pensar que las cosas no cambian, pues estas lo hacen constantemente, incluso a cada segundo. El tiempo pasa demasiado deprisa y no te da para disfrutar de lo que es realmente bueno, sano. Un día estás feliz y al día siguiente se te ha muerto un ser muy querido. Otro día estás solter@ y sin compromiso y al otro estás casado, o casada, y, tal vez, con hijos. Y no sólo en lo personal. La tecnología, los países, la forma de pensar de las personas, el clima, las enfermedades, la economía, las personas... Un constante y vertiginoso cambio te golpea de bruces sin que te des cuenta. Todo lo que recuerdas con añorancia lo vas olvidando por que hasta tú mismo estás cambiando y no te enteras. Mas no hay que sujetarse del pasado, hay que seguir adelante con nuevas metas y con ganas de vivir porque este mundo, aunque algunos les parezca tonto lo que voy a decir, nos ahoga, nos deprime, nos sentimos incluso vacíos. Es una lucha constante y dura, muy dura. Muchas personas dicen, "yo no voy a cambiar nunca". Mentira. Esos son los primeros que cambian. En muchas ocasiones para peor y pocas para mejor. Aunque, pensándolo fríamente también hay otras que no cambian nunca. Cuando alguien dice que cuando, por ejemplo, se case las cosas no van a cambiar, tras casarse ves los primeros efectos del cambio. Es normal, es irremediable, se escapa a nuestro control y por más que uno no quiera... Las cosas cambian. Yo echo la mirada atrás y está claro que he cambiado en gran parte de mi personalidad. Es lógico, ahora soy adulto, tengo responsabilidades, o debería ocuparme de ellas, tengo problemas, mis errores casi imperdonables... Odio que las cosas cambien pero, ¿qué puedo hacer yo? No puedo ir contracorriente. Tengo que cambiarlas porque sino saldré perdiendo. Las cosas cambian por que vivo, estoy vivo. Es posible que necesitemos que todo los que nos rodea cambie, sino mucho, por lo menos un poco. Cambiar es bueno, sí, aunque a veces duele, pero es bueno y si es para bien, muchísimo mejor.

En fin, hay que resignarse con la lucha, tanto interna como externa, que nos ha tocado vivir.

Escrito por M.N.Z. para Beatriz de Mesina.