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No soy Beatriz de Mesina... Pero puedo ser tan ácida y corrosiva como ella. Y si no, que se lo pregunten a Wayfarer... Pero, como casi siempre, todo es mucho ruido y pocas nueces.

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Beatriz de Mesina/Female/21-25. Vive en Spain/Madrid/Móstoles/Hospital, habla Spanish. Pasa 20% del día contectado/a. Usa una conexión de Fast (128k-512k). Y le gusta Baile/Cine.
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Viernes, 17 de Septiembre, 2004

Fox Stinger: GÉNESIS 3.0

Capítulo 32: Alexei, El Oráculo. Stinger es hallado.

Stinger fue curado por Jenni a la que dijo que se marchaba. Luego se despidió de Carlos diciéndole que debía evitar la destrucción de los mundos y de El Creador. Stinger desapareció durante los tres días siguientes, tiempo en el que Ely y Juan Pedro se despertaron. Hablaron con Jenni, descubriendo la marcha de su amigo. Fueron a hablar con Carlos para averiguar algo más pero alguien, provocando un temblor, quebró el techo bajando hasta la mesa. Nero era su nombre. Buscaba al portador de La Biblia Oscura. Amenazó con desolar todo aquello con ellos dentro si no le decían dónde estaba. Tras unos segundos, Carlos salió en defensa diciendo que él era dicho portador. En cuestión de milésimas, Nero lo tomó llevándoselo y desapareciendo.

-¿Qué pasará cuando descubran que Carlos no es Stinger? - deliberó Ely.

-¡¿Stinger?! - saltó Jenni sorprendida, tanto, que tuvo que tomar asiento-. Tenéis que encontrarle, tiene que salvar a Carlos, os lo suplico. Él es un niño muy especial. Si El Doctor descubre que Alexei es El Oráculo...

-¡¿Qué?! ¡¿Ese niño es El Oráculo?! Ahora sí que estamos perdidos - comentó Ely con desesperanza.

-¿Porqué dices eso? ¿Alexei? ¿Quién es El Oráculo?! - inquiría Juan Pedro para salir de su ignorancia.

-¿No lo sabes? El Doctor estuvo buscando a ese niño hace mucho tiempo, cuando mató a sus padres. Al ver que su búsqueda era inútil, dejó de buscarle y ahora por circunstancias del destino... Si descubre que Carlos, es decir, Alexei, es El Oráculo absorberá su poderes, será más poderoso y podrá hacer cosas que escapan a nuestra imaginación.

-¡¿Qué me dices?! - gritaba abriendo la boca de forma exagerada.

-¡Deja de hacer el ganso! Si El Doctor lo consigue, se volverá más peligroso que nunca. Hay que encontrar a Stinger, es nuestra única esperanza. No sé qué papel pinta él en todo esto tras descubrir que no es El Principio pero se supone que ha de protegernos y proteger los diferentes mundos.

-¿De qué estáis hablando? - preguntó Jenni.

-Pongámonos manos a la obra. No hay segundo que perder - instó Ely, ignorando la pregunta, y se fueron corriendo apresuradamente.

Dejaron a Jenni junto a la niña, sin consuelo, preocupada y sentada en un banco sin entender lo que ocurría.

La noche regía en el centro de la ciudad. Stinger se hallaba en pleno corazón de Villa Europa, desperdiciando su energía incontrolada. Los Genéticos le rodeaban en manada. Pretendían jugar con él, agotarle y llevárselo a El Doctor. De repente, se transformó. Se le pusieron los cabellos blancos, sus ojos castaños cambiaron a azules brillantes; era más fuerte, rápido y ágil. Sus enemigos se quedaron boquiabiertos pero no lo suficiente como para amedrentarlos. A éstos, la nueva situación, se les hizo más atractiva que antes. Por su parte, Juan Pedro y Ely llegaron al final de la ciudad. De improviso, se detuvieron bruscamente.

-¿Notas eso? Es una energía asombrosa - interpeló Ely.

-¿Es posible que sea la de Stinger? No es nada parecido a lo que hemos sentido hasta ahora. No puede ser posible tratándose de él, es una fuerza muy poderosa.

-Hay que ir a comprobarlo.

No tardaron mucho en llegar al lugar de donde procedía la energía, cuando vieron a una persona de espaldas que llevaba la misma ropa que Stinger, sin embargo este tenía el pelo blanco y de punta y parecía más fuerte.

-¿Quién será ese? ¡Su energía es enorme! - expresó Juan Pedro excitado, entusiasmado, pero a la vez temeroso.

La persona que luchaba y se mantenía de espaldas, tardó en darse la vuelta y, tanto Ely como Juan Pedro, estaban deseosos de saber quién era. Por fin, éste se dio la vuelta.

-¡¿Stinger?! - vociferaron ambos.

Stinger parecía no reconocerlos. Era como si estuviera ausente. Juan Pedro no salía de su admiración al ver el drástico cambio de su amigo, con esos ojos azules tan penetrantes que hacían daño a la vista, dejando una estela de ese color debido al movimiento. En cambio, Ely se se paralizó temblorosa al ver en la frente de su amigo un estigma, un triángulo blanco invertido con la puntas superiores puntiagudas. Repentinamente le vino un recuerdo.

Ella caía por un precipicio. Justo cuando se iba a estrella contra las rocas, alguien la agarró en el aire. Mientras sentía volar y como su pelo flotaba entre las nubes, abrió los ojos con dificultad a causa del viento, viendo una luz blanca resplandeciente que surgía de la frente de aquél que la había salvado, el cual era inundado por esa luz. Se sentía tranquila, en paz, segura al estar rodeada de los fuertes brazos de su salvador. Llena de calma, cerró los ojos de nuevo.

Mientras, unos Genéticos desplegaron una red eléctrica, haciendo volver a Ely a la realidad. Al hacer cualquier movimiento, la red daba una descarga mermando las fuerzas de todos, incluidas las de Stinger. Ely y Juan Pedro se desmayaron. Stinger luchó unos minutos hasta que el Stigma desapareció de su frente, retornando a la normalidad y cayendo inconsciente.

Pasó el tiempo. Stinger fue el último en despertarse.

-Como siempre duermes como un tronco. Te duermes en los momentos de más tensión - dijo Juan Pedro en broma.

-Ely, no obstante, permanecía callada, sentada, con la piernas cruzadas al estilo yoga. Stinger estudiaba su alrededor algo confuso.

-¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacéis vosotros aquí? No recuerdo lo que ocurrió cuando emprendí el combate con los Genéticos.

Se hallaban en una habitación decorada y amueblada con su escritorio, un armario, estantes llenos de libros, una ventana enladrillada.

-Es una habitación - observó Stinger.

-Vaya, compruebo que estás despierto - dijo Juan.

-Esto no tiene sentido.

-Te hemos visto transformado - rompió Ely su silencio.

-¿Yo? ¿Transformado? Entonces deber ser que cuando me transformo pierdo la consciencia y después me duele la cabeza.

-Esa chica, Jennifer, nos dijo que tienes una fuerza y energía tremenda y por lo que hemos presenciado... Ahora resulta que lo que dijo Tarsis es cierto, además hemos visto documentos que hablan de ti y de El Principio, El Génesis.

-No puedo creer que esto me esté pasando a mí, aparte de mucha responsabilidad, es irreal.

-Tal vez todo seamos un personaje inventado - interrumpió Ely -. Todos somos creación de una fantasía, de los sueños fantásticos y estúpidos de un Ser Humano de El Mundo Supremo. Dudo que merezca la pena salvar un sueño, algo que no existe.

-¡No digas eso! - exclamó Stinger -. Existimos, estamos vivos. Los sueños hay que salvarlos, luchar por alcanzarlos, hacerlos realidad. A él le debemos estar vivos.

-¿Le debemos la vida? - reflexionaba Ely -. ¿Qué clase de vida es esta si ni siquiera la controlamos? Él decido lo que hacemos y decimos, decide nuestro destino. Somos títeres.

-Eso no es cierto, si así fuera no necesitaría nuestra ayuda. Tal vez lo que hacemos y decimos está escrito pero no creo que lo esté antes de que lo hagamos. Lo hacemos a la vez, evolucionamos juntos, coexistimos juntos. Eso forja nuestro propio destino. Debemos enfrentarnos a la realidad y al mundo que nos ha tocado e intentar cambiar juntos las cosas, luchar por ello.

-Mira quién fue a hablar, el experto en lucha. Te crees muy fuerte ahora que has descubierto quien eres o quien crees que eres. Eres un sueño. Hagamos lo que hagamos, digamos lo que digamos estás supeditado por TU creador. Quién sabe, a lo mejor digo esto porque él ha decidido que lo diga. Estamos dentro de una historia de ciencia- ficción.

-Es posible pero deberías alegrarte de formar parte de algo bueno. No todo el mundo puede tener lo que nosotros tenemos. Muchas personas sueñan con vivir aventuras que sólo se ven en la pelis, ser algún que otro personaje de cómic, vivir experiencias que se alejen de la rutina diaria, en definitiva, vivir la vida.Por lo que puedo apreciar por palabras de Stinger, nosotros vivimos todo eso por él. Todo lo que nuestro creador no puede hacer en su mundo nos lo transmite a nosotros - añadió Juan Pedro.

-¿No te has parado a pensar que quizás sus sueños se han escapado a su control y que somos la única esperanza que tiene? - continuó Stinger -. Casi nadie puede controlar sus sueños. Nos ha elegido, nos ha dado vida y forma por una razón, una misión, un cometido. Tendrá motivos por el que estemos vivos, motivos para crearnos, por los que creó los mundos y los personajes que en ellos habitan. Toda historia tiene un propósito. Puede que no seas consciente, Ely, pero tú sueñas y, al igual que nuestro creador, habrás creado tus propios mundos con ellos, personajes con vida propia, aquello que anhelas y detestas, tus alegrías y tus miedos. No le culpes porque es muy posible que tú, con tus sueños, estés haciendo exactamente lo mismo que él y ahora mismo estés diciendo lo que tú quieres sin que nada ni nadie te controle - defendió.

Ely no supo qué decir. Se quedó contrariada.

-En todo caso debemos estarle agradecidos porque gracias a él y sus sueños nos hemos conocido y por el contrario no hubiese sido así. Por que somos amigos, ¿no? - dijo Juan Pedro a modo de conclusión, extendiendo la mano para que sus amigos pusieran las suyas en señal de unidad y amistad.

-Por mi parte, desde el principio - respondió Stinger poniendo su mano encima de la de Juan - ¿Y tú, Ely?

Ella se dio la vuelta dándoles la espalda. Stinger y Juan Pedro se miraron, preguntándose con la mirada qué haría.

-Qué orgullosa - le susurró Juan Pedro a Stinger.

-Está con nosotros - decía sin dudar.

Los ojos de Ely se inundaron de lágrimas y absorbía los mocos con precaución para que sus dos amigos, que esperaban con los brazos extendidos, no lo oyeran, mas ellos sabían. Por fin se dio la vuelta y, decidida, pus la mano encima de la de Stinger. Todos se miraron, por un rato, sonrientes. Eso demostraba que el amor y la amistad quedaba por encima de todo prejuicio, algo que en El Mundo Supremo no suele ser así. apartaron las manos y Stinger se dirigió a la puerta que estaba cerrada.

-Ahora que lo pienso, ¿cómo me habéis encontrado? - preguntó Stinger.

-Sentimos una gran energía. No sabíamos que eras tú pero al ser tan inusual fuimos a averiguarlo y te vimos.

-Claro, me olvidaba que sentís la fuerza de las personas. ¿Y por qué o para qué me buscabais? Yo no quería...

-Lo sabemos. Te alejaste porque no quieres que muramos. ¿Quién te crees que eres para decidir por nosotros? Tanto él como yo sabemos luchar y tenemos suficientes recursos para vencer. A lo que veníamos...Carlos ha sido secuestrado por un subordinado de El Doctor, un tal Nero. Te buscaba a ti y amenazó con destruir el orfanato escuela. Ese niño se identificó como el portador de La Biblia Oscura y para colmo hemos descubierto que ese crío es El Oráculo.

-¿El Oráculo? Bueno, es posible que estemos cerca de él. Si queremos encontrarle tenemos que intentar salir de aquí.

-¿Queréis iros de ahí? - irrumpió la voz de El Doctor, muy similar a la de Stinger, sólo que un poco más ronca, que salía de toda la habitación -. Dejaré que salgáis pero os advierto que no será nada fácil llegar hasta Alexei.

¿Qué les esperará fuera de esas cuatro paredes? ¿Hallarán a Carlos, cuyo nombre es Alexei? ¿Qué planes tendrá El Doctor?

No te pierdas la semana que viene el Capítulo 33: La historia de Alexei. El grupo se divide.

Continuará...

Esta historia está registrada y protegida. Es un relato original creado por Fox Stinger(M.N.Z.)

Nota: Si alguna palabra no es comprendida por el lector, visite el sitio web de la Real Academia de la Lengua Española.