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No soy Beatriz de Mesina... Pero puedo ser tan ácida y corrosiva como ella. Y si no, que se lo pregunten a Wayfarer... Pero, como casi siempre, todo es mucho ruido y pocas nueces.

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Beatriz de Mesina/Female/21-25. Vive en Spain/Madrid/Móstoles/Hospital, habla Spanish. Pasa 20% del día contectado/a. Usa una conexión de Fast (128k-512k). Y le gusta Baile/Cine.
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Viernes, 08 de Octubre, 2004

Fox Stinger: GÉNESIS 3.0

Capítulo 34: La prueba de fuego de Stinger.

Ely contó a Stinger la historia de Carlos, que en realidad se llamaba Alexei. Poco después la puerta del cuarto en donde estaban se abrió sola. Al salir escucharon unos extraños ruidos. Unas planchas metálicas y afiladas se aproximaban por los dos lados. Ely quiso volver a entrar en la habitación pero la puerta se había cerrado antes sin poder abrirla. De modo que corrieron a abrir otras puertas, las cuales también se hallaban selladas. Juan Pedro destrozó una puerta y se adentró al cuarto. Stinger y Ely, que se encontraban algo retirados, corrieron hacia allí. Al entrar las placas de metal se juntaron sin dejarlos salir. Sin embargo, Juan Pedro no se veía en el interior. Había desaparecido. Así que Ely y Stinger investigaron, encontrando unos pasadizos, Ely en el suelo y Stinger en la chimenea. Decidieron ir cada uno por su lado. Al introducirse por el pasaje, respectivamente, las puertas se cerraron tras ellos.

Cuerpo a tierra, Stinger avanzaba por un suelo rocoso hasta llegar a un espacio abierto pero con la misma claridad entre azul y blanca. De pronto, un ruido, seguido de un terremoto, hizo que piedras y polvo empezaran a caérsele encima. Mirando al techo pudo notar que, poco a poco, el suelo descendía. Empezó a correr, hacia ningún sitio, para escapar de esa situación. El rocoso suelo parecía desprenderse y así fue. Cayó hacia abajo, deslizándose a gran velocidad por el suelo. Vio que se avecinaba a un lugar en donde contemplaba mucha más luz, llegando a cegarle. Era de color rojo anaranjado. Pronto recuperó la visión dándose cuenta que, bajo sus pies, sólo había lava. El suelo por el que resbalaba iba a acabar, cayendo a la lava irremediablemente. Sin embargo, apreció que justo al acabar el suelo, enfrente, se hallaba un saliente de piedra. Llegando al final, se puso en pie y dio un salto. Apunto de caer, se agarró al saliente como pudo. El cuerpo colgaba sobre nada. Miró abajo avistando que la lava subía lentamente. Observó una grieta al lado de donde estaba sujeto. Se balanceó ligeramente hacia la derecha, hasta llegar a la grieta. Después, con ayuda de sus manos, llegó a una cueva.

Aquello estaba oscuro, no obstante, en la pared, una luz roja que parpadeaba llamó la atención de Stinger. Sin dilación lo pulsó y un trozo de piedra, que hacia de puerta, se apartó. Ya dentro, la puerta descendió pero se quedó atascada a medio camino. La lava entró en la cueva. Stinger huía de acabar fundido en la lava. Llegó al final de la cueva, el cual era el final del camino. De nuevo miró abajo. En esta ocasión, en vez de lava, estaba rodeado de agua, mas la lava seguía su paso intentado devorarle. Se percató que de arriba, en una pared rocosa en su lado izquierdo, caía agua cual cascada. Casi al lado de esta, se encontraba una plataforma de metal medio derruida por la oxidación y por el paso del tiempo, el principio se había desprendido de donde estaba asido, tal vez por eso se hallaba torcido hacia abajo. Fue caminando por un escueto camino que le llevaba a la plataforma. Al llegar, se dio cuenta que estaba algo lejos de donde se situaba, sin mucha confianza en poder alcanzarlo. Aún así tomó valor y, tomando la carrerilla que el pasillo le permitía, saltó. De milagro, aterrizó encima del puente que, al soportar su peso tan de repente, se movió casi tirando a Stinger al agua. La lava empezó a bajar por la salida de la cueva hasta el agua, creando un gran vapor y haciendo el lugar asfixiante, irrespirable y con mucho calor. En poco tiempo, todo el cuerpo de Stinger estaba empapado de sudor debido a la humedad. Se esforzaba por adelantar por el puente pero, al ser de metal, se escurría. La plataforma se movía más y parecía a punto de derrumbarse. Por su parte, la lava mezclada con el agua, emergía más rápidamente. Se puso de pie y aligeró el paso. El puente estaba cediendo. Llegando al final, el puente se desprendió de un lado. Se agarró a la barandilla. Intentó andar hacia una puerta metálica que se ubicaba al final del puente. Al llegar, la plataforma cayó. Le costó abrir la puerta puesto que estaba oxidada. Menos mal que eran de esas que se abren por la mitad. La puerta quedó completamente cerrada, sin embargo, al ser de hierro, se calentó, mas al tener también agua, no lo suficiente como para irrumpir en la nueva estancia.

Stinger siguió al frente, con la tenue claridad que le guiaba, por un amplio terreno estrechándose a medida que avanzaba. A mitad de camino se dio un susto porque de la nada surgieron unas cuchillas estáticas, parecidas a tijeras, de las paredes. Primero de la pared de la derecha, la cual sorteó pegándose lo máximo posible a la pared contraria. Luego sucedió con la pared de la izquierda, haciendo lo mismo que con la anterior sólo que pegado a la pared derecha. Anduvo despacio para no encontrarse ninguna sorpresa desagradable. Posteriormente, las cuchillas salieron del techo, casi rozando la cara de Stinger que cayó al piso. Se agachó y muy arrimado al suelo, se arrastró hasta quedar salvo. Por último, emergieron del suelo... Durante un tiempo determinado, estas se escondían y volvían a aparecer. Calculó el tiempo y cuando las cuchillas iban a meterse bajo el suelo, dio un salto grande. Pese a haber calculado bien, las cuchillas salieron antes de tiempo, hiriéndole levemente en la pierna. No sangraba mucho pero la herida le molestaba. Pasados estos obstáculos, continuó adelante. Otra vez comenzaba a sentir calor.

-Uf, qué calor tan asfixiante. No había sudado tanto en toda mi vida. Bueno, que yo recuerde.

A medida que se aproximaba al final de la estancia, percibía el característico rojo anaranjado. Cuando llegó, pudo comprobar que se trataba, una vez más, de lava. Ahora tenía un nuevo reto, pasar al otro lado por medio de unas baldosas cuadradas de piedra flotantes, aparentemente no muy seguras, para llegar a un bloque de piedra por el que, al avanzar, colgaba un puente de madera que conducía a unas escaleras y, estas, a un portón con unos extraños grabados.

Stinger saltó sobre una de las baldosas. Al caer sobre ella, se balanceó suavemente de abajo a arriba, perdiendo el equilibrio pero impulsándole lo suficiente para saltar. No obstante, la baldosa bajaba cada vez más. Así pues, saltó de baldosa en baldosa y aquella que dejaba atrás se caía. Saltó a la última pero no se movía dando impulso como las otras, es más, cada segundo que pasaba encima de ella descendía.

-Como no salte pronto voy a acabar asado.

La baldosa flotante comenzó a caer con más rapidez. Reaccionó de inmediato y saltó todo lo que pudo, quedándose corto. Fatalmente le esperaba la lava, en cambio, sintió una energía salir de su cuerpo y cómo un viento le elevaba, notándose más ligero. Parecía volar. Al final alcanzó la columna.

-¡Por los pelos! No sé cómo lo he logrado pero lo hecho. Centrémonos - se decía a sí mismo -. No hay tiempo que perder. ¡Ha sido genial!

Se levantó del polvoriento suelo y se sacudió la ropa. Prosiguió su andadura por el puente que se movía de un lado a otro. La herida de la pierna le molestaba. La madera sonaba como si estuviese a punto de quebrarse. Se resentía. El calor había secado la madera y por dentro, algunas partes, estaba hueco. Stinger fue despacio y con precaución, comprobando cada trozo de madera. El puente se encontraba cuesta arriba, por lo que le era arduo llegar al portón. De repente, una bola de piedra bajó del techo, chocando con el principio del puente, en otro bloque de piedra, dirigiéndose directamente a Stinger, ya que la bola iba cuesta abajo. Este miró hacia atrás. La piedra tomaba más velocidad y, con ello, fuerza. Stinger se colgó en el lateral del puente. Sus brazos estaban cansados. La piedra pasó. Seguidamente hubo una subida anormal de vapores procedente del río de lava que subió unos cuantos metros. La bola de piedra, al llegar al bloque por donde Stinger inició su camino por el puente, se elevó, dando un impulso al esférico pedrusco, haciendo que ahora fuese en sentido contrario. Los violentos movimientos del puente casi hicieron caer a Stinger a la lava. Finalmente la bola pasó de largo, precipitándose a la lava. Sin embargo, el bloque de piedra que se elevó, se estaba derrumbando. Las cuerdas se rompieron, estampándose contra el otro bloque del final del puente. Tuvo que subir escalando por la cuerda. Aliviado, llegó a la entrada. Le antecedía unas escalerillas con dos estatuas de espeluznante aspecto a los lados.

Temeroso, se dirigió al portón. Se mantenía cerrada. Cansado y furioso, intentó abrirla dándola una patada. Se hizo daño. La puerta no se abrió hasta pasado unos segundos. Los ojos de las estatuas se encendieron de color rojo por un instante. Presintió algo que le llevó a mirar arriba. Otra esfera de piedra caía, ahora sobre él, dispuesto a aplastarle definitivamente. Stinger se arrojó al interior del lugar que acababa de abrir, siendo encerrado por el enorme pedrusco. Se incorporó y se mezcló con las tinieblas del pasillo que le esperaba a continuación.

Por su parte Ely, que había bajado por el pasadizo que se abrió por el suelo, descendía por unas escaleras que se convirtieron en trasparentes al cerrarse la entrada encima de ella. Sólo la acompañaba una tenue capa de luz que dejaba discernir, por el juego de luces y brillos, los peldaños y que se colaba por las grietas de un invisible techo. Fuera de las escaleras, en los laterales y bajo sus pies, se vislumbraba un abismo de oscuridad infinita.

¿Cómo acabará Stinger su camino? ¿Tendrá más sobresaltos? ¿Hallará a Alexei? ¿Y Ely? ¿Qué prueba tendrá que pasar ella? ¿Encontrará a Juan Pedro?

No te pierdas la semana que viene el Capítulo 35: Stinger encuentra a Alexei. Nero, el Jénoma.

Continuará...

Esta historia está registrada y protegida. Es un relato original creado por Fox Stinger(M.N.Z.)

Nota: Si alguna palabra no es comprendida por el lector, visite el sitio web de la Real Academia de la Lengua Española.