Acerca de mí.
No soy Beatriz de Mesina... Pero puedo ser tan ácida y corrosiva como ella. Y si no, que se lo pregunten a Wayfarer... Pero, como casi siempre, todo es mucho ruido y pocas nueces.

Navegación
Página principal
Archivos

Amigos
Wayfarer
No Se Encuentra
Pandora Music

Archivos
Previous
01 nov 2008
01 ago 2006
01 abr 2006
01 feb 2006
01 ene 2006
01 dic 2005
01 nov 2005
01 oct 2005
01 sep 2005
01 ago 2005
01 jul 2005
01 jun 2005
01 may 2005
01 abr 2005
01 mar 2005
01 feb 2005
01 ene 2005
01 dic 2004
01 nov 2004
01 oct 2004
01 sep 2004
01 ago 2004
01 jul 2004
01 jun 2004
01 may 2004
01 abr 2004
01 mar 2004
01 feb 2004
01 ene 2004
Next

Categorías
Actualidad
Delirios
Historias
Musica
Opinion
Peliculas
Personal
Trucos
Viajes

www.flickr.com

Créditos
Blogger
Blogskins
Layout

Beatriz de Mesina/Female/21-25. Vive en Spain/Madrid/Móstoles/Hospital, habla Spanish. Pasa 20% del día contectado/a. Usa una conexión de Fast (128k-512k). Y le gusta Baile/Cine.
Este es mi blogchalk:
Spain, Madrid, Móstoles, Hospital, Spanish, Beatriz de Mesina, Female, 21-25, Baile, Cine.

Viernes, 24 de Diciembre, 2004

Fox Stinger: GÉNESIS 4.0

Capítulo 45: La Pesadilla Eterna.

Stinger se encargó de los últimos híbridos vampiros, mezcla de Genéticos y Metamorfos, para, después, encararse, todos juntos, contra El Doctor, los cuales no tuvieron éxito. Éste decidió continuar el combate en la ciudad y a solas, con Stinger, dejando al resto del grupo en el castillo, en donde les esperaba una sorpresa.

-Ca... ¡¿Calixto?! ¡Hermano! – exclamó Juan Pedro gozoso.

-¡¿Qué?! ¡¿Ese es tu hermano?! – preguntó Ely conmocionada -. ¡Qué bueno está!

-¿Calixto? ¿Hermano? – repetía este con voz reverberante -. ¡Ah, sí! Me imagino que Calixto es el dueño de este cuerpo. ¿Y hermano? – preguntaba recíprocamente y dubitativo -. Ya recuerdo, tú eres aquél infeliz que entró como espía de La Organización. Juan Pedro, ¿cierto?

-¿Cómo? ¿No me recuerdas? – dijo Juan Pedro queriéndose acercar.

-Cuidado, Juan Pedro, ese no es tu hermano – detuvo Erión con el brazo.

-¿Qué estás diciendo?

-Ayyyyy, Erión – suspiró Calixto -. Me avergüenza pensar que eres parte de mí. No sé cómo Mario, vuestro querido creador, a podido cambiarte aunque la oscuridad está en ti y tarde o temprano tendrá que aflorar.

-No comprendo, yo no te conozco - respondió Erión descolocado.

-Hum. ¿Seguro? Claro, Mario te habrá borrado recuerdos. Está bien, me presentaré, soy La Pesadilla Eterna – y los ojos se le iluminaron a verde fosforescente -. De mí nacen todas las creaciones de El Doctor.

-¿Pesadilla Eterna? ¡No, tú eres mi hermano Calixto! – gritó Juan Pedro.

-Imbécil. Tu hermano ya me conocía. Cuando poseí su cuerpo sabía a lo que se exponía.

-No te comprendo.

-¿Acaso tu hermano no te dijo nunca lo que ansiaba? Recuerda, Juan.

Juan Pedro comenzó a rememorar una escena de su vida en la que una misión se completó gracias a las hazañas de Juan Pedro.

-Enhorabuena, hermano – decía Calixto en retrospectiva -. Si hubiese sido igual de fuerte que tú podría haberte ayudado más y mejor...

-Sí, Juan, ya recuerdas, ¿no? En realidad tu hermano sentía celos de ti porque tienes un don que nadie más posee.

-¡Eso no es verdad! ¡Si acaso quería ser más fuerte era para protegerme y ayudarme!

-Aún teniendo la edad que tienes eres un ingenuo. Pero tu hermano ya no existe, he aletargado su conciencia y está muerto. Ya es hora de acabar con vosotros.

-¡Espera! Dinos quién eres y qué quieres de nosotros – inquirió Juan Pedro.

-¿No lo he dicho? Bueno, tengo tiempo de sobra para eliminaros. Yo soy La Pesadilla Eterna. Formo parte de la oscuridad, de las tinieblas, de los corazones oscuros, de las propias pesadillas de la gente, de sus temores, inquietudes, deseos... Los explotó y los elimino. Quiero deshacerme de la raza humana pero los necesito, quiero sucumbirlos a una pesadilla sin fin... Todo eso y más es lo que me alimenta, por eso existen los mundos, los que ellos crean. Poco a poco me voy recuperando de la anterior batalla pero está vez será todo diferente. Gracias a los sueños y la imaginación de Mario, aquél que llamáis El Creador y que se halla en el Mundo Real, mi vitalidad ha aumentado. Vuestro creador es un estúpido. Aunque cada vez él se está haciendo más poderoso.

-Pero ¿qué has venido a hacer en este mundo? – preguntó Ely.

-Elisabeth... Mario creó Las Biblias y a El Doctor, éste último se corrompió y se convirtió en títere de sus propias ambiciones, como meros personajes de sus historias, como vosotros. Cuando El Doctor junte las biblias resultará en La Biblia Sagrada, La Biblia de Los Sueños. Se hará poderoso, podrá controlar todo lo que le rodea, podrá hacer cualquier cosa que su imaginación desee, y cuando arrebate todas las habilidades a El Oráculo, entonces me adueñaré de su cuerpo y seré invencible. Ya he hablado demasiado y quiero terminar con esto, de modo que despedios de este mundo. Tranquilízate por ahora, Juan, tú serás el último.

Todos, excepto Juan Pedro, se dirigieron a combatirle.

-¡Deteneos! ¡No podéis ganar! – les gritó sin que le hicieran caso y se puso a pensar:- Claro, ahora me afloran los recuerdos. Tarsis sabía que todas las respuestas a mis preguntas estaban guardadas con candado dentro de mi cabeza, de ahí que me dijese que en mis recuerdos olvidados está la respuesta... Pero todavía me queda mucho por recordar... Me pasa lo mismo que a Stinger.

La Pesadilla Eterna se había librado de todos sus adversarios en menos de un segundo y apareció enfrente de la cara de Juan Pedro.

-¿Qué? ¿Por fin te llegan a la mente recuerdos perdidos? Demasiado tarde, es momento de decir adiós.

Pesadilla Eterna le golpeó con tremenda fuerza en el estómago, haciéndole pegar un salto y que se retorciera de dolor, escupiendo saliva.

-No seas cobarde, Juan, empléate a fondo. Yo no soy tu hermano, soy tu enemigo mortal.

-¡No! ¡Eres mi hermano!

-Si sigues pensando así será tu fin y quiero divertirme un rato antes de acabar con tu vida – y se aproximó lentamente a Ely -. ¿Qué pasa si eliminó definitivamente a Elisabeth?

-Ely... – dijo casi sin aliento.

-Vaya, noto que sientes algo por esta... ¿Cómo llamarla si ni siquiera es real?

-Déjala.

-¿Qué has dicho? Más alto que no te oigo.

-¡Qué la dejes en paz! – chilló habiéndose puesto en pie.

-Entonces ¿eso significa que lucharás conmigo al cien por cien de tus fuerzas?

-Si eso es lo que deseas, lo haré. Mi hermano nunca haría tal cosa, utilizar a otros para llevar a cabo sus propósitos.

-No conocías bien a tu hermano. Continúa pensando así si eso hace que te enfrentes a mí.

Juan Pedro se enzarzó en un combate salvaje. Adquirió gran destreza, agilidad y rapidez, logrando encajar algunos golpes pero su oponente se iba haciendo más fuerte a cada minuto. Ambos se dañaban con descomunal potencia. Después de unos minutos, se quedaron uno frente al otro a varios metros. Estaban llenos de moratones, magulladuras y sangre. Juan Pedro se encontraba agotado mientras que Pesadilla Eterna parecía regenerar sus heridas y aumentar su energía.

-Poco a poco voy notando como su energía va aumentando. Va a ser imposible derrotarle – cavilaba Juan Pedro.

De pronto, Pesadilla eterna desapareció y fracciones de segundo más tarde, Juan Pedro volaba por los aires proyectándose contra la pared de cristal, la cual se quedó incrustado. Por el impacto, sangraba por todas partes.

-Eres muy fuerte pero es inútil que pretendas matarme. Ni siquiera tu amigo, El Génesis, podrá hacerlo aunque se entrene mil años. Te queda poco tiempo de vida. Te he reventado, tienes múltiples hemorragias internas...

-¿Qué eres? ¿Doctor?

-Bravo. Veo que sigues teniendo sentido del humor a pesar de tu situación.

Sin que Pesadilla eterna se diera cuenta, Erión, Troyana y Ely se habían levantado. Fue esta última quien atacó con una fuerza inusitada al cruel enemigo. Con una patada en el cuello, logró apartarle de Juan Pedro y lanzarlo contra el cristal, rompiéndolo y cayendo al exterior.

-Juan Pedro, estás hecho un asco... – apreció Ely.

-Je, je – sonrió este -. Gracias por tu piropo.

-¡Ely! ¡Ely! – gritaba Troyana.

-¡Ely, cuidado! – advirtió Erión.

-Muere, humana debilucha – susurró Pesadilla Eterna apareciendo por sorpresa al lado de Ely.

La dio una patada de increíble violencia pero Ely solamente se desplazó unos cuantos centímetros.

-En una cosa tienes razón. Soy humana. Te vas a enterar si soy debilucha o no – dijo Ely transformándose.

-Veo que has engordado un poco – se burlaba La Pesadilla Eterna.

Surgió un aura blanca alrededor de Ely, semejante a una llama que la envolvía, y corrió hacia él. Éste se incorporó de un salto y voló hacia ella, lanzando todo tipo de golpes y ataques energéticos. Ely los esquivó como pudo, volviendo a su apariencia normal pues continuaba débil y más aún de los anteriores combates y leñazos sufridos.

-¿Cómo? ¿Tan rápido te has cansado? Qué decepción.

Sin embargo, Pesadilla Eterna no dejó de acosarla con diversas combinaciones de combate. Erión, al ver que Ely flaqueaba, fue en su ayuda. Le dio un fortísimo puñetazo a Pesadilla Eterna, el cual apartó a Erión de un manotazo, tirándole al suelo. Troyana no podía hacer nada ya que se había descubierto un corte en el estómago por donde sangraba abundantemente. De improviso, y de una manera sobrenatural, Juan Pedro se desincrustó de la pared de cristal duro para, desde atrás, coger del cuello al que había sido su hermano y separarle de Ely, que caía al piso extenuada, y lanzarle fuera de la sala, haciendo otro agujero en la pared de cristal sólido. No obstante, este sabía volar.

-Esto aún no ha acabado. Siento que la amas por eso... – se paró Pesadilla Eterna apuntando con su dedo a Ely.

-¿Qué haces? – al rato cayó en la cuenta -. ¡Ely! ¡Noooooooo!

Como en un sueño, se hizo un primer plano de los ojos de Ely y alrededor una niebla blanca y borrosa. De su boca salía un hilo de sangre. Cuando se la vio de cuerpo entero, una energía, parecida a una espada, atravesaba el cuerpo de Ely. Nuevamente, Juan Pedro, estallando en cólera, se transformó. Esta vez era una llama humana por el que se podía escuchar leves ruidos de electricidad. Voló, a ras del suelo, a toda velocidad hacia el que, en un tiempo, había sido su hermano, atacándole de una forma feroz y despiadada. Tras largo tiempo atizándole, le dejó para el arrastre. De repente, La Pesadilla Eterna concentró una cantidad de energía desmesurada que hizo a Juan Pedro retirarse. Sin embargo, esta desapareció al poco rato.

-¡¿Qué me está sucediendo?! – masculla La Pesadilla -. Ya entiendo, al gastar tanta energía este cuerpo se va deteriorando. Aún no estoy preparado para luchar con mi apariencia original. Si esto sigue pasando tendré que poseer otro cuerpo.

-¡¿Qué estás murmurando?!

-Debo irme pero, tranquilo, volveré pronto para poner fin a vuestra existencia y a este mundo.

-¿Cómo? ¿Huyes? Mi hermano no es un cobarde.

-Imbécil, ¿todavía no te has enterado? Yo no soy tu hermano.

Sin más, se fue volando dejando una estela de energía. Stinger, que se hallaba abajo, le llamó la atención eso mismo y miró al cielo viendo cómo alguien desconocido se marchaba volando.

-¿Quién será ese? Su energía es débil y pese a eso es impresionante. Creo que la he notado alguna vez.

¿Qué hará Juan Pedro ahora, puesto que Erión, Troyana y Ely se encuentran gravemente heridos? ¿Logrará, Stinger, acabar con El Doctor? ¿Qué sucederá con el nuevo y terrible enemigo que les acecha? ¿Morirá Ely?

No te pierdas la semana que viene el Capítulo 46: Estalla el duelo. La Organización, sección X.

Continuará...

Esta historia está registrada y protegida. Es un relato original creado por Fox Stinger(M.N.Z.)

Nota: Si alguna palabra no es comprendida por el lector, visite el sitio web de la Real Academia de la Lengua Española.