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No soy Beatriz de Mesina... Pero puedo ser tan ácida y corrosiva como ella. Y si no, que se lo pregunten a Wayfarer... Pero, como casi siempre, todo es mucho ruido y pocas nueces.

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Beatriz de Mesina/Female/21-25. Vive en Spain/Madrid/Móstoles/Hospital, habla Spanish. Pasa 20% del día contectado/a. Usa una conexión de Fast (128k-512k). Y le gusta Baile/Cine.
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Lunes, 14 de Febrero, 2005

¿Sabías que lavarse los dientes recude el infarto cerebral?
Pues sí, algo tan sencillo y rutinario como cepillarse los dientes tiene una compensación muy elevada. Investigadores estadounidenses publican esta semana un estudio que confirma que prevenir la enfermedad periodontal disminuye el riesgo de sufrir un infarto cerebral o de corazón.

Numerosas investigaciones previas han encontrado una asociación entre ambas patologías, pero el estudio INVEST (siglas en inglés de Estudio Epidemiológico de las Infecciones Orales y la Enfermedad Vascular) es el primero que establece una relación directa, tal y como se apunta en la última edición de la revista 'Circulation'. Moïses Desvarieux, de la Universidad de Minnesota (EEUU), y su equipo reclutaron a 1.056 personas de entre 60 y 78 años que nunca antes habían sufrido un accidente cerebrovascular o un ataque cardiaco.

Todos aportaron los detalles sobre sus exámenes bucales, así como las veces al día y a la semana que cepillaban sus dientes. Además, los investigadores tomaron hasta ocho muestras de la boca, con el objetivo de medir la concentración de bacterias en su interior.

Para lograr establecer si la incidencia de enfermedad periodontal eleva el riesgo de patología vascular, los autores evaluaron mediante el uso de un escáner el grosor de la carótida de los participantes. La medición de esta arteria es una prueba utilizada para identificar si existe o no aterosclerosis. Tras ajustar variables, como son los factores de riesgo asociados a la patología vascular (edad, sexo, raza, tabaquismo, diabetes, índice de masa corporal, colesterol 'bueno' o 'malo' y tensión arterial), los datos revelaron que las personas con elevados niveles de las bacterias específicas que provocan la enfermedad periodontal incrementaban la estrechez de la arteria carótida.

«Dado que las infecciones orales son prevenibles y tratables, cuidar la salud oral puede tener un impacto significativo en la salud cardiovascular», han declarado los autores.

En la investigación, y para confirmar la relación entre ambas patologías, los científicos examinaron tres tipos de microbios: los que sí causan patología periodontal, los que probablemente la desencadenen y aquéllos que no están relacionados con ella. «La asociación entre aterosclerosis y bacterias orales sólo existe con las que causan la periodontitis», esgrimen los autores.

Según el propio director del trabajo, una posible explicación podría estar en que «los microorganismos que causan la enfermedad periodontal emigren y viajen a través del torrente sanguíneo, lo que estimula al sistema inmune, causando inflamación. Este hecho provoca el 'taponamiento' de las arterias».

Asimismo, recuerda que este trabajo es fruto de una fuerte alianza multidisciplinar «entre el diseño y los métodos de un estudio epidemiológico y la microbiología y la imagen». El estudio tiene sin embargo, y según los propios autores, varias limitaciones.

«Debido a que tanto la medición de la carótida como los estudios de las bacterias se hicieron al mismo tiempo, la secuencia de las patologías no se puede establecer. Por ese motivo, estamos esperando a los resultados prospectivos de INVEST y de otros trabajos para confirmar estos datos», apuntan. Entre las conclusiones también destaca el hecho de que «la relación entre ambas patologías aparece de forma independiente a otros parámetros como es la proteína C reactiva (un marcador de la inflamación), que también se estudió en los participantes», se señala en el trabajo.

Para los investigadores, si los datos se confirman pueden tener una gran importancia para la salud pública porque aumentan la posibilildad de reducir el daño que causa la aterosclerosis y tal vez, incluso, revertirlo a través del control selectivo de las bacterias patógenas de la enfermedad periodontal con medios antibacterianos o inmunológicos».