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No soy Beatriz de Mesina... Pero puedo ser tan ácida y corrosiva como ella. Y si no, que se lo pregunten a Wayfarer... Pero, como casi siempre, todo es mucho ruido y pocas nueces.

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Beatriz de Mesina/Female/21-25. Vive en Spain/Madrid/Móstoles/Hospital, habla Spanish. Pasa 20% del día contectado/a. Usa una conexión de Fast (128k-512k). Y le gusta Baile/Cine.
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Viernes, 05 de Agosto, 2005

Fox Stinger: GÉNESIS 5.0

Capítulo 56: Una araña en el hospital. La paciencia de El Doctor.

Nero regresó con más poder que antes. Esta vez casi mata a Ely y a Juan Pedro, los cuales fueron salvados por Tarsis, El Anciano. Ésta luchó contra el Jénoma, casi eliminándole, sin embargo no acabó con él por falta de tiempo. Nero atravesó el pecho de Tarsis a la vez que curaba a sus compañeros, no obstante, se estaba desvaneciendo.

-¿Qué te está pasando? – preguntó Nero.

-Qué tonto eres. Yo ya estoy muerta. El subconsciente de El Creador me ha concedido un poco de tiempo para salvar a Stinger y a sus amigos.

-¿Eso quiere decir que aún no has acabado en este mundo?

-Exacto. Cuando haya cumplido mi misión, desapareceré. Pero ya tengo a mi sucesor y es mucho más poderoso que yo.

-Hum, me temo que la tonta eres tú. Por mucho que intentes impedirlo, morirán de todos modos. Antes de desaparecer del todo, dime, ¿quién es ese sucesor del que hablas?

Tarsis se difuminó hasta extinguirse. En ese momento Juan Pedro y Ely se levantaron con nuevas fuerzas y más fuertes. En cambio, Nero había perdido gran parte de su energía por lo que era más débil que sus dos contrincantes.

-¿Qué les ha hecho esa bruja? Les ha curado y les ha potenciado su Ki.

-¿Qué ha ocurrido? – preguntaba Ely sintiéndose aturdida -. No importa, me siento mucho más vital que antes, siento una extraordinaria energía recorrer todo mi cuerpo. Ha llegado el momento de acabar con esto de una vez. ¿Qué opinas, Juan Pedro?

-Estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo también me siento fortalecido. No perdamos más tiempo, nos queda mucho por hacer – añadió Juan Pedro.

Ambos se pusieron en guardia y dispuestos a atacar. Sin más dilación, y con una rapidez increíble, surgieron delante de su enemigo y le atizaron meteóricos puñetazos y patadas, tan mortales que de cada golpe salía un fluir de energía. Aún así, Nero continuaba manteniéndose en pie, aunque extenuado.

-Qué resistente es – expresó Ely.

Juan Pedro almacenó mucha energía, Ely, al ver esto, se apartó e hizo lo mismo. Era una bola enorme que al poco rato se disipó. Seguidamente, Ely y Juan Pedro se dieron la mano y extendieron los brazos que tenían libres. De súbito, una potentísima onda de energía era enfocada contra Nero, justamente delante de él, el cual no pudo contraatacar, siendo destruido sin dejar ni una partícula de su cuerpo.

-¿Nosotros hemos hecho eso? – dijo Ely alucinada.

-Y ni siquiera nos hemos transformado. Tengo la sensación de que nos han ayudado. Quien haya sido... Gracias.

-Sí. ¿Cómo le estará yendo a Stinger?

-Ojalá no tenga ningún problema y se reúna pronto con nosotros. Ahora debemos seguir adelante. – acabó Juan Pedro.

Y, todavía cogidos de la mano, entraron por la puerta que antes les impedía continuar.

Por otro lado, Stinger caminaba por el interior del hospital medio en ruinas.

-Este lugar es muy tétrico. Da miedo – hablaba en su soledad.

Aquello estaba en penumbra, las sombras se movían jugando con la poca claridad que entraba. Los fluorescentes parpadeaban y saltaban chispas de algunos cables arrancados.

-¿Cómo habrá sido la ciudad? ¿Qué pasó con las personas? ¿Murieron o fueron convertidos en engendros? Y si es así, ¿dónde están? Bueno, tratándose de El Doctor seguro que experimentó con ellos. Jolín, este hospital es enorme, será difícil encontrar a Troyana – decía con cierto hastío.

No obstante, alguien vigilaba sus movimientos de cerca, desde las alturas y en las tinieblas.

-Tengo un mal presentimiento – pensó poniéndose más serio y alerta.

Llegó a una sala muy grande por la que derivaban varios caminos, cuatro en esa misma zona y otros subiendo unas escaleras.

-Vaya, ¿qué camino escojo? Tengo que decidirme, Juan Pedro y Ely puede que estén en apuros. Hay que apurarse.

Próximo a donde él se situaba, se atisbaba un pasillo muy largo, uno de los cuatro caminos de abajo y que estaba al lado del central, en su parte derecha, el cual irradiaba una luz misteriosa. A la vez, un viento salía de ahí con un extraño sonido indefinible. Stinger se mantuvo expectante pues una pequeña sombra surgió en medio de esa luz. A medida que la sombra se acercaba se iba haciendo más grande. Venía a mucha velocidad. Por fin, llegó. Era un ser horripilante. Tenía cuerpo humano, no obstante, tenía cabeza y ocho brazos largos de araña, era peludo y en su boca jugaba con una masa transparente. Parecían espesas babas. Sus seis ojos eran verdes fluorescentes.

-Qué cosa más asquerosa y fea. De modo que aún quedan Metamorfos en este lugar. O es eso o lo han enviado a matarme.

-Me decanto por esa última opción – habló la bestia con voz reverberante.

-¡Si sabe hablar! – exclamó y se puso a hablar en voz baja -. Da miedo pero no debo dejarme vencer por él.

La araña tomó la iniciativa. Stinger se defendía y atacaba, mas la araña era tan veloz que le esquivaba sin dificultad. Al mismo tiempo, el Metamorfo escupía sus babas intentado alcanzar a su joven oponente, el cual las sorteaba a duras penas.

-Esas babas tienen que hacer algo para que insista en darme con ellas. Debo tener mucho cuidado – y siguió luchando.

Por segundos, Stinger se hacía más fuerte. Aumentaba su rapidez, agilidad, su potencia de ataque y su guardia. Las cosas se le estaban complicando a la araña Metamorfo. Pero, tras mucho presionar y por un descuido de Stinger, logró cazarle con la baba que paró a su cara, concretamente a los ojos. Estos le escocían mucho, parecía quemarle y gritaba con angustia. La araña se le acercó y se transformó en un ser más grande y robusto. Después comenzó a envolverle con su tela como si fuera una momia. Pronto Stinger dejó de quejarse y entró en delirio. Alucinaba.

-Oh, no, seguro que este líquido es un veneno alucinógeno. Cómo mola.

De pronto, empezó a soñar despierto. Alguien con su misma apariencia caminaba adelante y una línea delgada de luz brillante le rodeaba el cuerpo.

-Eres... ¿Eres El Creador?

-Lucha contra la oscuridad. El futuro... - le habló con una voz semejante a la suya.

Dejando la óptica de Stinger, pudo verse la caída del vestido de Tarsis. Mucho tiempo más tarde, despertó. Las telas que le ataban estaban rasgadas pudiéndose liberar con facilidad. Se incorporó con torpeza, tambaleándose, contemplando unos pocos vestigios del Metamorfo y sangre oscuro a punto de desaparecer.

-¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Quién puede haberme librado de la araña? Tengo que apresurarme, dentro de poco todo se complicará si no me doy prisa.

Así pues, se marchó corriendo, algo mareado, por el pasillo por el que surgió el Metamorfo. La luz le embriagó haciéndole desvanecer.

Por su parte, Ely y Juan Pedro subían por unas escaleras de cristal.

-Llevamos un montón de horas subiendo escaleras. Estoy cansada – decía Ely jadeando.

Poco después, llegaron al final de las escaleras. La nueva localización era amplia, con una fuente de líquido verde fluorescente en medio y una puerta igual de grande detrás de ésta.

-Por fin. Ya era hora que llegásemos – se quedó quieta y miró la fuente -. Espero que no salgan cosas raras de ahí – comentó Ely.

-No pienses en eso. Hay que continuar y liberar a Alexei.

-¿Crees que hará Genéticos más fuertes que Nero?

-No sé. La Pesadilla Eterna se vuelve cada vez más fuerte y si esos seres salen de él... Nos podemos esperar cualquier cosa.

-Jo, vaya ánimos.

-Perdona – dijo sonriéndose -. No te mortifiques pensando, mientras estemos juntos nadie podrá con nosotros.

Ely se le quedó mirando sin poder contener la risa.

-¡Anda ya! ¡Me estás vacilando!

Ambos echaron unas carcajadas. Juan Pedro le agarró la mano con fuerza. Ely, al notar el leve apretón, se puso seria.

En otro lado del palacio El Doctor aguardaba ansioso la llegada de Stinger.

-Me estoy aburriendo. Ese tonto de Stinger prefiere ir a buscar a su estúpida mujer y a su hijo, su futuro enemigo, antes de acabar conmigo. No debe importarle mucho la vida de su creador, de la humanidad ni de este mundo.

-Qué equivocado estás – replicó Alexei.

-¡¡¡Estoy harto de ti!!! ¡Cierra el pico o te lo cerraré yo! – Alexei se contuvo -. En cambio sus amigos vienen muy rápido hacia aquí. Tengo que hacer algo. Solamente quiero enfrentarme a Stinger.

-¡¿Qué?! Siento un dolor agudo en la cabeza – pensaba Alexei lleno de dolor -. ¡Me esta matando! – gritó.

-¿Qué le pasa a este ahora? – dijo El Doctor malhumorado.

-Doctor – apareció una persona cubierto por una capa totalmente negra.

-Señor Eterno – le nombró ligeramente sorprendido y con cierto respeto.

-El Oráculo reacciona así por mi presencia, ¿verdad muchacho?

-¡Déjeme en paz!

-Hum, educación típica de la juventud de hoy. Te aviso que hay que hacer los preparativos. Queda menos de dos días – recordaba La Pesadilla.

-Sí – respondió -. Pronto seré ultra poderoso e inauguraré una era de oscuridad y caos – decía para sus adentros.

Una pantalla se presentó en el aire a la altura de El Doctor. Era un holograma que mostraba el lugar en donde se hallaban Juan Pedro y Ely.

-Hay que ocuparse de un par de ratas – mencionó El Doctor -. Señor Eterno, ¿podría crear unos seres capaces de destruir a esos dos?

-Sabes que cada vez que creo un ser mi vitalidad decrece. Supongo que será la última vez. Crearé el definitivo, tan extraordinariamente fuerte que ni Stinger podría con él. Espero que nadie se entrometa, sino yo mismo que encargaré de esa muerta viviente – finalizaba casi en murmullo.

¿Qué les esperará ahora a Juan Pedro y a Ely? ¿Y a Stinger? ¿Encontrará a su mujer? ¿Llegará a tiempo para ayudar a sus amigos? ¿Qué ser definitivo creará La Pesadilla Eterna?

No te pierdas el Capítulo 57: Kanel y Khyl, los hermanos caninos. Stinger, el cachorro humano.

Continuará...

Esta historia está registrada y protegida. Es un relato original creado por Fox Stinger(M.N.Z.)

Nota: Si alguna palabra no es comprendida por el lector, visite el sitio web de la Real Academia de la Lengua Española.